Desde la elección de acabados y materiales hasta el cumplimiento de normativas locales y la creación de presupuestos realistas, hoy haremos un repaso de los diversos factores que pueden impactar negativamente en el costo final de un proyecto desde la etapa de diseño arquitectónico.

Este artículo no solo busca ilustrar los desafíos comunes, sino también fomentar una mayor comprensión de cómo una planificación cuidadosa y un enfoque interdisciplinario pueden conducir a resultados más exitosos y rentables.

1.- Costos operacionales desorbitados

El estilo internacional, caracterizado por sus fachadas con formas modulares repetitivas y el uso de superficies planas, típicamente de vidrio, marcó la pauta de diseño para varias generaciones de arquitectos: una de las premisas detrás de este estilo era que las soluciones de diseño podrían ser universalmente aplicables.

Al día de hoy, en cualquier ciudad, el paisaje urbano está dominado por torres corporativas con fachadas cortina de reluciente vidrio, y esto ha terminado por crear una asociación entre el lujo, el estatus y este tipo de diseños.

El resultado es que estos elementos se buscan llevar a ámbitos comerciales e incluso residenciales. Después de todo, una boutique con vitrinas por paredes luce preciosa, y la idea de tener un ventanal de piso a techo en la sala de TV es bastante seductora, ¿A quién no le gustaría vivir en una casa de revista?

Pues bien, no es raro que quienes deciden invertir sus ahorros en un diseño de este tipo, pronto se vean replicando las críticas que ya a mediados del siglo pasado estaban bastante extendidas: “Las casas de cristal son demasiado calurosas en verano y demasiado frías en invierno, vacías, quitan espacio privado y en general, no son habitables”.

Para que estos espacios sean habitables, es necesario hacer una fuerte inversión en sistemas de HVAC (Heat Ventilation and Air Conditioning) por sus siglas en inglés; basta con echar un vistazo a Google Maps para darse cuenta de que las azoteas de los edificios corporativos están dominadas por enormes unidades de aire acondicionado centralizado.

Esta inversión, que ya representa una carga importante para una empresa, después de un análisis de viabilidad de proyecto queda claro que es completamente desproporcionada en un ámbito residencial.

La manera de evitar estos costos es optar por un diseño que tome en cuenta las características climáticas del lugar, comenzando por los asoleamientos y los vientos dominantes. Uno de los logros más nobles al construir diseñando de esta manera es crear espacios que sean cálidos en invierno y frescos en verano, y siempre adecuadamente ventilados.

Por supuesto, cuando se cuenta con los conocimientos de un equipo interdisciplinario de expertos, es posible lograr proezas que combinen lo mejor del diseño bioclimático con estilos contemporáneos que transmiten una sensación de modernidad y lujo.

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2.- Acabados que cuestan más de lo que valen

Otro error común en un diseño arquitectónico es la elección de acabados atractivos estéticamente, pero que terminan costando más de lo que realmente aportan en términos de valor y funcionalidad. A menudo, la toma de decisiones se orienta hacia materiales de alta gama o de tendencia para lograr un aspecto visual particular, dejando de lado su resistencia, las condiciones del lugar donde será usado y sobre todo, su capacidad de tráfico.

Sin embargo, estos materiales pueden ser desproporcionadamente costosos y, en algunos casos, menos duraderos o prácticos que opciones más asequibles y eficientes. Por ejemplo, algunos materiales se ven fabulosos al inicio, pero no envejecen bien. Otros materiales de bajo costo, pueden ahorrar dinero al CAPEX del proyecto, pero a la larga incrementan los gastos operativos cuando surge la necesidad de reemplazarlos.

Existen clasificaciones, como la PEI (Porcelain Enamel Institute) que distinguen cinco categorías de tráfico, que van desde el uso residencial para áreas completamente protegidas del exterior, hasta el uso comercial en exteriores y con un elevado tráfico de personas.

También es cada vez más común la inclusión de pérgolas de madera en terrazas y jardines, pero lo mismo no se puede decir de la elección correcta de materiales, pues, muchas de estas estructuras están hechas con madera sin ninguna clase de tratamiento para exteriores, y esto sale a relucir después de la primer temporada de lluvias.

El resultado es que, a los pocos años o incluso a los pocos meses de uso, es necesario realizar mantenimiento correctivo o restauraciones a estos acabados.

La manera de evitar esto, es evaluar de manera objetiva las condiciones climáticas y de tráfico a las que un acabado estará sometido, y naturalmente, tomar decisiones objetivas de diseño.

3.- Desconocimiento de la normatividad local

Otro aspecto fundamental es el desconocimiento de la normatividad local. La falta de comprensión o el incumplimiento de las regulaciones puede llevar a costosos retrasos y modificaciones en el proyecto. Estas regulaciones pueden incluir reglamentos de construcción, permisos de uso de suelo, normativas ambientales y restricciones de zonificación, entre otros.

Es vital que el equipo de diseño esté bien informado y actualizado sobre las leyes y regulaciones locales. En algunos casos, puede ser beneficioso trabajar con consultores o expertos en cumplimiento normativo para garantizar que el proyecto cumpla con todos los requisitos legales desde su concepción.

4.- Desafíos de la integración tecnológica en diseños modernos

La integración de tecnologías avanzadas en un diseño arquitectónico es un factor cada vez más relevante. Sin embargo, este enfoque puede llevar a costos imprevistos si no se hace un análisis de viabilidad de proyecto de manera adecuada. El uso de sistemas inteligentes de iluminación, climatización y seguridad, por ejemplo, a menudo se considera sin evaluar completamente su impacto en la infraestructura eléctrica y de comunicaciones del edificio.

No es raro encontrarse con proyectos que, en su búsqueda de modernidad, integran tecnologías de punta que exceden las capacidades del diseño original del edificio. El resultado puede ser la necesidad de realizar costosas adaptaciones en los sistemas eléctricos o de comunicaciones para soportar estas nuevas tecnologías.

Para evitar estos sobrecostos, el equipo de diseño debe trabajar conjuntamente con especialistas en tecnología desde las primeras fases del proyecto. De esta manera, se asegura que la integración tecnológica sea coherente con las capacidades estructurales y funcionales del edificio, manteniendo un equilibrio entre innovación y viabilidad técnica.

5.- Consideraciones de sostenibilidad y eficiencia energética

Otra área crucial es la sostenibilidad y la eficiencia energética. A menudo, los proyectos arquitectónicos modernos buscan lograr certificaciones de sostenibilidad como LEED o BREEAM, pero no calculan adecuadamente los costos de implementación de las características necesarias para obtener estas certificaciones.

Las iniciativas de eficiencia energética, como la instalación de paneles solares, sistemas de recolección de aguas pluviales, y materiales de construcción sostenibles, pueden incrementar significativamente los costos iniciales del proyecto. Sin embargo, estos costos pueden ser mitigados a largo plazo a través de ahorros en el consumo energético y recursos.

Para que la sostenibilidad sea económicamente viable, es esencial que el equipo de diseño realice un análisis detallado de costos y beneficios. Esto incluye no sólo la consideración de los costos de implementación inicial, sino también un análisis del retorno de inversión a largo plazo, asegurando que las medidas de sostenibilidad se alinean tanto con los objetivos ecológicos como financieros del proyecto.

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6.- Presupuestos incompletos y apresurados

Finalmente, un problema común en el diseño arquitectónico es la creación de presupuestos incompletos y apresurados. Un presupuesto que no toma en cuenta todos los aspectos del proyecto, incluyendo contingencias, costos indirectos e incluso la inflación, puede llevar a sorpresas desagradables y sobrecostos significativos durante la construcción.

Para mitigar este riesgo, es esencial dedicar tiempo y recursos suficientes a la planificación y elaboración del presupuesto. Esto implica una evaluación exhaustiva de todos los costos potenciales, incluyendo materiales, mano de obra, permisos, inspecciones, y un margen para imprevistos. Un presupuesto bien estructurado y realista es una herramienta clave para mantener el proyecto dentro de los límites financieros previstos.

En PAGE, entendemos la complejidad de estos desafíos y estamos comprometidos a ofrecer soluciones innovadoras y personalizadas que se alineen con las necesidades específicas de cada proyecto.

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